Pobre hijo

Leo en un periódico la siguiente noticia:

“Los etarras Fernando García Jodrá y Nerea Bengoa Ziarsolo, integrantes del «comando Barcelona» que asesinó al socialista Ernest Lluch, a dos concejales del PP, a un guardia urbano y que intentó matar hasta en ocho ocasiones al periodista Luis del Olmo, han recibido luz verde para someterse a un tratamiento de fecundación «in vitro»”

Parece ser que estos dos miembros de ETA tienen muchas ganas de ser padres y la naturaleza, que en este caso me parece que es muy sabia, no estaba por la labor de concederles ese deseo. Por eso acudieron al servicio andaluz de salud, que es el que les corresponde al estar cumpliendo condena en la cárcel de Alcolea, provincia de Córdoba y ya les han aceptado su petición tras someterles a diferentes pruebas de fertilidad. Se ha seguido escrupulosamente lo marcado por la Ley de Reproducción Asistida para estos casos y será la Comunidad Autónoma de Andalucía, gobernada por el PSOE, la que pague el tratamiento de fecundación «in vitro», ya puesto en marcha, después de que en los «vis a vis» los dos terroristas no consiguieran el fin deseado.

Leyendo noticias semejantes una se da cuenta de las lagunas que presenta nuestro estado de derecho. Cuando una pareja va a adoptar un niño, antes de concedérselo tienen que pasar una penuria de tramites y burocracia, se les somete a un montón de estudios de idoneidad, de informes psicológicos, de análisis del hogar, de los medios y recursos que tienen, etc. y tardan varios años en hacer realidad su sueño. Y ahora vemos que se puede aprobar sin más un tratamiento de fecundación, sufragado con el dinero de todos los españoles, donde los padres son una pareja de pistoleros, sin oficio ni beneficio, sin hogar y sin posibilidad de tenerlo en un montón de años, donde el futuro “papá” acumula penas que superan los doscientos años de cárcel y la “mamá” otros tantos.

¡Pobre hijo! y ¡pobres de nosotros como salga a sus padres!

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