Ya tenemos perspectivas

Javier Pomés, parlamentario europeo de UPN

Es decir, en el parlamento hemos podido mejorar un poquito el "estropicio" que nos trajeron nuestros presidentes, incluido Rodríguez Zapatero, pero de algo tan malo no podía salir algo bueno.

El origen de este fracaso es el acuerdo global sobre el Presupuesto de la Unión para el periodo 2007-2013 cerrado por el Consejo Europeo reunido en Bruselas los días 15 y 16 de diciembre de 2005. En las negociaciones prevalecieron los intereses nacionales individuales y no los objetivos europeos comunes: los más fuertes, o los más hábiles, obtuvieron mayores recompensas que el resto. Así, nuestro presidente Zapatero que no es ni fuerte, ni hábil se trajo a España un acuerdo que sólo gusta a los socialistas españoles más forofos. Porque hay que ser muy fan de Rodríguez para que te guste este acuerdo.

Para España, éste es el peor acuerdo que se ha aceptado en ninguna negociación europea. Perdemos más que nadie, pagamos más que ningún país y las regiones españolas, Navarra incluida, pierden más que ninguna otra. Es decir, España carga con el coste de la ampliación y sus regiones sufren un trato discriminatorio respecto a otras en idénticas condiciones.

España es el principal pagano de la ampliación. Pierde más de 38.000 millones de saldo en relación al periodo que termina en 2006. Al final del periodo cubierto por el nuevo Acuerdo Interinstitucional ratificado en el Parlamento Europeo, será con toda seguridad contribuyente neto al presupuesto europeo antes de 2013. Es decir, pagará más de lo que recibe.

Nuestros agricultores también tienen motivos para preocuparse pues España sufre un fuerte revés en las ayudas destinadas a Desarrollo Rural. Nuestro país pierde alrededor del 50 por ciento de las ayudas que actualmente recibe para su política de desarrollo rural. Estas ayudas pasarán de unos 9.000 millones de euros en el periodo 2000-2006 a 4.690 millones.

Y también los jóvenes: las reducciones en los diversos programas de la Unión son considerables, entre otros, el programa Erasmus, lo que impedirá, por ejemplo, que miles de estudiantes españoles puedan cursar estudios en otro país de la Unión.

En cuanto a los fondos estructurales, los que permiten acometer obras públicas, por ejemplo, Navarra pasará de recibir 406 millones de euros en el periodo 2000-2006 a los 186 millones en 2007-2013. Es decir, perdemos 220 millones de euros, prácticamente el 55% de lo que antes recibíamos.

Este brutal recorte de fondos de inversión afectará notablemente al crecimiento de la economía española y a la creación de empleo. Las primeras estimaciones para el conjunto de España apuntan a una reducción media anual de 0,5 puntos del PIB durante los siete años del periodo 2007-2013, y a que se dejarán de crear un millón y medio de puestos de trabajo.

Las consecuencias económicas de este brusco recorte de fondos europeos se manifestarán, por tanto, en el retraso de las inversiones en nuevas infraestructuras y en el freno del ritmo de crecimiento económico, la productividad, la competitividad y la capacidad de generación de empleo. Pero Zapatero sonríe.

A pesar de todo me gustaría terminar con un mensaje de optimismo, pues los navarros tenemos razones para ello. Según los últimos datos publicados por el Eurostat, el organismo de estadística europeo, Navarra se ha convertido en la segunda región más rica de España y en una de las más prosperas de Europa superando en un 23,1 % la media comunitaria. En los años que vienen tendremos menos ayuda por parte de Europa en parte por nuestra mayor riqueza que nos hace no poder optar a determinados fondos, pero sobre todo a la ineficacia negociadora de Zapatero que no supo sacar ayudas especiales para regiones prosperas como sí hizo Ángela Merkel para regiones como la de Bavaria. Tendremos que espabilar. Confío en el pueblo navarro y en nuestros dirigentes; sé que lo haremos pese a la «peculiar» manera que tiene Rodríguez Zapatero de defender nuestros intereses.

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