El Grupo Municipal de UPN en el Ayuntamiento de Pamplona ha criticado hoy que la decisión del alcalde de posponer el cierre de la carretera de la Universidad de Navarra “demuestra la falta de rigor de Asiron en la gestión de esta actuación, lo que le ha llevado a tener que rectificar y dar marcha atrás”.
Desde UPN han recordado que ya advirtieron de que el cierre se había planteado sin estudios rigurosos, sin informes técnicos de las áreas municipales y sin un análisis serio de las consecuencias que tendría desviar los 5.000 vehículos que circulan a diario por esta vía.
“Tal y como dijimos, una decisión de esta envergadura debía apoyarse en estudios completos, con simulaciones de tráfico, análisis de picos horarios y de posibles problemas en las calles colindantes, y no en un anuncio político precipitado. Ahora el alcalde pospone el cierre aduciendo que faltan informes de las áreas de Conservación, Urbanismo y Seguridad Ciudadana, que es algo que le advertimos”, han señalado.
Los foralistas han considerado además que el Ayuntamiento dispone de medios tecnológicos para calcular con antelación los posibles flujos de tráfico en función de los sentidos de circulación, horarios y alternativas de recorrido. “No entendemos por qué, teniendo herramientas técnicas de sobra para prever los efectos del cierre, el alcalde ha preferido imponer su criterio de manera unilateral, sin datos que lo respalden”, han subrayado.
En opinión de UPN, esta forma de actuar ha generado una clara desinformación a la ciudadanía. “Primero se anuncia a bombo y platillo el cierre inmediato de la carretera, sin explicar qué consecuencias iba a tener ni cómo se iba a gestionar el tráfico desviado, y ahora se tiene que dar marcha atrás porque no existen informes que lo avalen. Esto no solo es una muestra de falta de rigor, sino también una manera de confundir a los pamploneses, que no saben a qué atenerse”, han destacado.
Por todo ello, UPN ha insistido en que antes de adoptar decisiones de movilidad tan relevantes, se deben estudiar todas las alternativas posibles y garantizar que se conozcan con detalle los efectos en calles como la Avenida de Navarra o las de Iturrama, ya saturadas en muchos momentos del día. “Pamplona necesita un alcalde que planifique, que escuche a los técnicos y que piense en el interés general, no uno que improvise medidas de gran calado para después tener que rectificar”, han concluido.