Descargas

La reforma de la Constitución 

Tribuna de Javier Esparza en Diario de Navarra

La Constitución Española cumple 40 años. Haber alcanzado esa madurez debe ser en primer lugar motivo de satisfacción y orgullo. Porque los españoles hemos dado un magnífico ejemplo de cómo se mira al futuro sin olvidar nuestro pasado y con el consenso de la mayoría de las formaciones políticas de nuestro país. Es decir, con el respaldo mayoritario de todos los españoles.

La generosidad de todos hizo que fuera posible y estoy seguro que esa misma generosidad será imprescindible para afrontar los retos que tenemos por delante.

En un día como hoy quiero compartir esa satisfacción desde un partido, Unión del Pueblo Navarro, que hunde sus raíces en el sistema democrático, en la defensa de Navarra como comunidad propia y diferenciada dentro de España y en el compromiso con los derechos y las libertades de los ciudadanos. Compromiso que le ha llevado incluso a padecer en sus propias carnes la sinrazón del terrorismo de ETA.

La Constitución Española dio paso a un nuevo sistema político, la democracia, y este sistema dio por enterrado el anterior régimen franquista que desde UPN siempre hemos condenado.

Pasamos de una etapa de negación de libertades y derechos a una época de reconocimiento y ejercicio de los valores y principios democráticos.

Por ello, parece mentira que haya formaciones políticas que no entiendan todavía que hay principios y valores pre-democráticos fundamentales para la dignidad de cualquier sociedad. Y que es incompatible ser presidenta y gobernar, como ha hecho Barkos, con quienes todavía hoy siguen sin condenar a los que han pisoteado la libertad y la vida de las personas.

La realidad es que con sus defectos y sus virtudes, con sus imperfecciones y sus bondades, y aunque partidos como PNV-Geroa y EHBildu quieran romper la Constitución con sus planteamientos de nuevo estatuto para el País Vasco o creación de un supuesto estado vasco, este periodo democrático es la mejor etapa de progreso y bienestar para el conjunto de la sociedad española. Tanto en Navarra, de la mano también de nuestro otro marco de referencia, el Amejoramiento del Fuero, como en el conjunto de España.

Pero tan obvio, cierto e incuestionable es que la Constitución Española ha cumplido su papel como que, transcurridos cuatro décadas, requiere de algunas mejoras, reformas y actualizaciones.

En España el populismo y los extremismos tanto de izquierdas como de derechas están empeñados en tirar por la borda todo lo bueno del consenso del 78

No para dar un paso atrás, como quieren algunos, sino para, desde los derechos y libertades consolidadas, perfeccionarla para que siga siendo un instrumento de convivencia, desarrollo y progreso.

Así pensamos en UPN, y no me refiero únicamente a la eliminación de la disposición transitoria cuarta, esa disposición anacrónica y “provisional” que permite la desaparición, nada más ni nada menos, que de una de las comunidades más históricas de España, como es Navarra, mediante su absorción por el País Vasco, sino a otras cuestiones que consideramos fundamentales para dar un nuevo impulso regenerador.

Impulso que sin duda debe plantearse el modelo de organización territorial. Es preciso culminar el modelo de organización territorial y ello supone llevar a la Constitución el mapa autonómico, el reparto competencial, el sistema de financiación y los instrumentos de cooperación.

Será necesario también incluir nuestra condición de Estado miembro de la UE y las consecuencias que de ello se derivan (primacía del derecho europeo, soberanía compartida, etc.).

De la misma forma, hay que incorporar instituciones que deben ser independientes del gobierno y de los partidos para cumplir sus funciones de control (CGPJ, Tribunal Constitucional, Tribunal de Cuentas, Autoridad fiscal Independiente, Organismos reguladoras, etc.).

Y ha de contemplarse la necesaria a nuestro juicio supresión de entidades que han perdido su razón de ser, como las diputaciones provinciales, a excepción de las forales de la CAV.

En UPN somos también partidarios de una reforma del Senado para convertirla en una verdadera cámara de representación territorial, que es la función que la Constitución le otorga.

Y somos partidarios de la reforma de la Corona para adaptarla al siglo XXI, suprimiendo la discriminación de la mujer.

Desgraciadamente hoy, diferentes sectores ideológicos radicales pretenden inventar un nuevo relato y reescribir la historia. Ocurre en Navarra, con un independentismo vasco empeñado en hacer olvidar a toda costa los asesinatos y la extorsión perpetradas por ETA, en manipular la historia y la realidad institucional de Navarra y en adoctrinar a todo aquel que piense diferente.

Pero ocurre también en España, con el populismo y los extremismos tanto de izquierdas como de derechas empeñados en tirar por la borda todo lo bueno conseguido gracias al espíritu de consenso del 78; empeñados en establecer fronteras ideológicas y humanas; en imponer el sectarismo, el pensamiento único y la exclusión; en abrir viejas heridas del pasado que debieran estar superadas; y en aprovecharse del desencanto ciudadano para crear un nuevo orden alejado del sentido común, la moderación y el interés general.

Por eso, hoy es momento para que todos los que nos sentimos demócratas nos reafirmemos más si cabe en el espíritu de la Carta Magna.

Para que sigamos defendiendo el Estado social, democrático y de derecho que consagra.

Para que sigamos apostando por el modelo de convivencia surgido.

Para que sigamos mostrando nuestro compromiso con el cumplimiento de las normas que nos hemos dado entre todos, sometiendo al imperio de la ley nuestras decisiones y comportamientos.

Y para que sigamos apostando por el fortalecimiento del autogobierno y la autonomía de las comunidades que componen España, siempre con sentido común, respeto a la legalidad, con criterios de eficiencia, y desde la cooperación y la lealtad.

Javier Esparza, presidente de UPN.