(DN/14.7.2011) «La memoria de las víctimas del terrorismo debe ser uno de los pilares sobre los que construir la historia de España y de Navarra». La presidenta de UPN y del Gobierno foral, Yolanda Barcina, pronunció estas palabras en el homenaje que su formación y vecinos de Leitza dispensaron al ex edil regionalista José Javier Múgica en el décimo aniversario de su asesinato por ETA. El tributo, celebrado en el mismo lugar en que una bomba lapa adosada a los bajos de la furgoneta acabó con su vida, en el barrio Amazabal, convocó ayer por la tarde a dirigentes de UPN, entre los que se encontraba el ex presidente Miguel Sanz; el portavoz del actual Ejecutivo foral y consejero de Relaciones Institucionales, Juan Luis Sánchez de Muniáin; el consejero de Educación, José Iribas, el presidente del parlamento, Alberto Catalán; y uno de sus predecesores, Rafael Gurrea. El alcalde de Pamplona, Enrique Maya, acudió igualmente acompañado por miembros de su equipo de gobierno.
En su intervención ante la viuda de Múgica, Reyes Zubeldia; su hermano, Martín; y sus hijos Francisco Javier, Daniel y Raquel, Yolanda Barcina declaró que «el final de ETA debe ser un final con vencedores y vencidos. Vencedores, aquellos que defendemos la libertad y el Estado de Derecho; y vencidos, los terroristas y aquellos que les apoyan, que son sus cómplices y les sonríen».
«Justicia y no venganza»
La presidenta de UPN se refirió al último comunicado de ETA como una expresión «escrita con pistolas y capuchas. Hemos comprobado que ETA está en sintonía con Bildu, con esa formación que es continuidad de otros y que está gobernando algunas instituciones». También aludió a la petición del fiscal de 182 años para los cuatro terroristas imputados por planificar y ejecutar el asesinato de José Javier Múgica: «Las víctimas son los verdaderos héroes de nuestra democracia. Nunca han pedido venganza. Piden justicia. No hay democracia plena sin justicia. Lo normal es que aquellos que han cometido asesinatos sean juzgados por el Estado de Derecho y cumplan sus penas».
Miguel Sanz, a su vez, lamentó la ausencia de «los de siempre, aquellos que, según confesión de ETA, forman parte de su propia estrategia; aquellos que no tienen otro argumento para no estar aquí que el de la cobardía. No están aquí por que comparten los objetivos de ETA». El ex presidente del Gobierno acabó su intervención con la voz entrecortada por la emoción. Para entonces, las primeras lágrimas ya habían asomado en el rostro de Reyes Zubeldia, consolada por su hijo Daniel.
La colocación de un ramo de flores, junto a la placa que honra la memoria del ex concejal asesinado con su semblante y la inscripción de los valores de justicia, paz y libertad, aportó una nota emotiva al acto al tiempo que miembros de diferentes coros de Pamplona entonaban elAgur Jaunak.Como sentenció Daniel Múgica como colofón al homenaje: «Hoy es un día que no se quiere recordar, pero que no hay que olvidar».