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Dar vida vs quitar vida

Eradio Ezpeleta Iturralde, Parlamentario Foral de UPN

Esta situación ha provocado en mí una reflexión sobre la maravilla de ofrecer algo de uno mismo con el fin de dar vida a otros. Y ha surgido en mí la necesidad de tener que mostrar públicamente mi rechazo a quitar vida, mi rechazo al aborto y mi apuesta por la vida.

Y pongo «mi» porque no me hace falta ir de la mano de nadie para afirmarlo. Respeto y aplaudo a la Iglesia, a los colectivos y plataformas pro vida que se están movilizando estos días. Es necesario que lo hagan y que cuenten con el mayor número de apoyos posibles, el mío el primero. Pero lo que cuenta es lo que pensamos y hacemos cada uno de nosotros a nivel personal y lo que decimos en nuestro entorno día a día. Debemos dejar de ser la mayoría silenciosa que, por callar, otorga.

El aborto es un asesinato puro y duro. Es quitar vida dentro del vientre materno y es impedir que una persona pueda desarrollar las aptitudes y actitudes que la propia naturaleza le quiere dar. Es, en definitiva, eliminar una vida que ya existe, que siente, que se alegra y se queja y que reclama su derecho a vivir.

Dos parejas amigas mías están esperando familia. Una en Pamplona y la otra en Vigo, y cuando hablo con ellas irradian vida, alegría, esperanza, ilusión. Me cuentan cada ecografía, lo que sienten, lo que ven, los brazos, las manos, la cabeza, el corazón… ¡me hablan de vida! Eradio, ¡es chico!, me dicen. Desde el primer mes me han hablado de sus hijos. Sí, de sus hijos. De la vida que llevan dentro.

La riqueza de nuestra cultura popular también apuesta por la vida. La jota navarra se hace presente por la vida en más de una de sus letras. Hace un canto a la grandeza de ser madre: «A una madre hay que querer / más que a nadie en ese mundo / porque ella nos dio la vida / para que quieres más orgullo». También le canta a la vida: «Quiero cantarle a la vida / con la jota de mi tierra / que la aprendí cuando niña / la olvidaré cuando muera». Y sobre todo encuentro que grita contra el que mata a traición sin dejar defenderse a la víctima: «Dice que me ha de matar / un majo de una estocada / yo le perdono la vida, / si me la da cara a cara». Con qué claridad y sabiduría se expresa el pueblo en todo momento.

Porque no me callo… ¡no al aborto! ¡no a cualquier práctica abortiva!¡no a la modificación de la ley de plazos! Yo apuesto por dar vida, ¡que quede claro!

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