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Socialistas, amnesia y principios

María Caballero, Senadora de UPN por Navarra

El PSOE parece haber encontrado en la «memoria histórica» una ocurrente cortina de humo para ocultar o diluir las carencias del presente. Lo llamativo es que todo ese empeño en rescatar determinados episodios de la historia resulta compatible con una amnesia casi completa en lo relativo al pasado más reciente. En concreto, hay algunos socialistas que ya no recuerdan lo que ocurrió en Navarra hace año y medio, en aquellas semanas aciagas que siguieron a las últimas elecciones generales. Más aún: han olvidado lo que ellos mismos hicieron o dijeron entonces.

Por ejemplo, produce cierto sonrojo leerle ahora a Maite Esporrín que Yolanda Barcina es alcaldesa «gracias a la coherencia política del Partido Socialista, que optó en su investidura por el voto de abstención». Lo decía hace pocos días en estas mismas páginas. Y añadía que «los navarros y navarras» no tienen motivos para estar preocupados, ya que «el Partido Socialista está y seguirá estando a la altura de las circunstancias, defendiendo la identidad de Navarra».

Quizá «los navarros y navarras» no tengan ahora mismo razones para estar preocupados por el futuro de su tierra, pero sí que las tienen para observar con atención el rumbo que toma el PSN. Es una buena noticia que la concejala socialista Maite Esporrín lance este mensaje de tranquilidad sobre el futuro de la Comunidad foral y la coherencia política de su partido, pero no le debe sorprender que la alcaldesa de Pamplona hable de «blindar Navarra». Yolanda Barcina se refiere con esa expresión a la necesidad de garantizar la estabilidad institucional mediante un pacto entre UPN y PSN. Y ese objetivo ofrece algunas dudas razonables: las que sembraron los parlamentarios y los concejales pamploneses del PSN en el verano de 2007, cuando removieron Roma con Santiago para pactar un «gobierno de progreso» con Nafarroa Bai, incluso sirviéndose de los votos de ANV, si hubiera sido necesario.

La alcaldesa insiste en la necesidad de «blindar Navarra» porque tan necesario como la Constitución o el Amejoramiento es el apoyo firme y sostenido de los socialistas. Y no siempre lo hemos tenido. Ahí está precisamente el quid de la cuestión: es necesario blindar Navarra frente al nacionalismo excluyente y secesionista, sí, pero también frente a los políticos sin principios, capaces de renunciar a parte de su programa a cambio de un sillón.

En ese sentido, es importante y significativo lo ocurrido durante el debate del estado de la Comunidad que se ha celebrado recientemente en el Parlamento de Navarra. Allí se ha escenificado perfectamente la estabilidad institucional que buscamos para Navarra: UPN-CDN y el PSN han sabido aunar voluntades en un paisaje dominado por la crisis, y han conseguido grandes acuerdos en temas fundamentales. Algunas de las medidas concretas que se sometido a votación han obtenido el apoyo del 70% de la cámara. El «blindaje» que propone UPN no aspira a nada distinto de eso.

También es una noticia muy buena que el PSN —a través de su secretario general, Roberto Jiménez, y de su secretario de organización, Samuel Caro— reconozca abiertamente que su partido hizo bien en no apostar por aquel «gobierno de progreso» con Nafarroa Bai. Las razones que ellos esgrimen ahora son las mismas que los demás les dábamos en aquel verano de 2007: «[En Nafaroa Bai] hablan de respeto a todos los proyectos políticos, sin discernir entre quienes respetan la democracia y quienes no. Cuando hablan de la resolución del conflicto político vasco, hablan de ETA, porque ETA es el único problema que tenemos en este asunto, no hay otro; los presos son terroristas y esto no es una venganza, sino el Estado de Derecho. Y en cuanto a derogar la ley de Partidos, Euskal Herria, el órgano común permanente y el euskera, tendrán que aceptar las decisiones que este Parlamento adopta por mayoría. ¿Dónde está el respeto a la Constitución y el Amejoramiento? Lo obvian porque no les interesa respetarlos».

En fin, señora Esporrín, que no hace falta que atribuya a la alcaldesa afán de confrontación o falta de dialogo: basta con que mantengan ustedes  este espíritu y asienten para siempre sus principios. Cuando terminen de hacerlo, quizá ni siquiera haya que preocuparse de «blindar Navarra». Y hasta les perdonaremos la amnesia de estos últimos meses.

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