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Alacrán en formol

José Ignacio Palacios Zuasti, Senador por UPN

La lectura de su entrevista me confirma lo que ya sospechaba, que el calificativo que le puse de alacrán o escorpión le llegó a lo más hondo. Y me confirma más, que acerté, pues él mismo nos dice ahora que, como hace el alacrán, él «me ha picado alguna vez». Pero, lo que veo, es que este hombre que se cree tan listo y tan sabio yerra cuando dice que «el alacrán pica y mata», porque debiera saber que no es cierto que la ponzoña de ese arácnido mate necesariamente, sino que tan solo es peligrosa en el caso de los niños y los ancianos.

Y al tiempo que confirmo mi acierto con ese calificativo, creo que es de justicia que confiese que fue con ocasión de la (hasta el momento) antepenúltima «picadura» de este personaje cuando un político navarro en activo, tratando de justificarle, me dijo: «ya sabes como es» al tiempo que me contó la conocida fábula de la rana y el escorpión que tan bien le describe. Si, ésa en la que se cuenta que un escorpión que deseaba cruzar el río le dijo a una rana:

-Llévame a tu espalda.
 
-¡Que te lleve a mi espalda! –contestó la rana- ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco! ¡Si te llevo a mi espalda, me picarás y me matarás!
 
-No seas tonta –le dijo entonces el escorpión- Si te pico te hundirás en el río y yo también me ahogaré, porque no sé nadar.
 
Los dos animales siguieron discutiendo hasta que la rana fue persuadida. Cargó al escorpión sobre su resbaladiza espalda, donde él se agarró y empezaron la travesía.  Llegados al medio del gran río, allí donde se crean los remolinos, al intentar asirse con sus pinzas y cola de pronto el escorpión picó a la rana. Ésta sintió que el veneno se extendía por su cuerpo y, mientras se ahogaba, y con ella el escorpión, le gritó:
 
-¡Ves, te lo había dicho! ¿Pero qué has hecho?
 
-No puedo evitarlo –contestó el escorpión antes de desaparecer en las aguas- Es mi naturaleza.

Pues bien, dejando a un lado lo del alacrán o escorpión, creo que en su entrevista hay dos cuestiones que deben ser destacadas, porque en ellas están las claves para comprender la que ha sido su trayectoria pública.  Una es la definición que él mismo nos da de lo que entiende por coherencia: «lo que hay que hacer es adecuarse a los cambios de la sociedad», la otra es que nos confiesa que: «capacidad de adaptación creo que la tengo demostrada».

Pues bien, partiendo de ellas es cuando se puede decir que su vida pública ha sido muy coherente, porque su capacidad de adaptación la ha demostrado en todo momento. Sí, cuando ha estado con Jaime y contra Jaime; contra Chourraut, del Castillo y Basterra primero  y aliándose con ellos después; destituyendo al rector Burillo y cruzándose durísimas acusaciones con Otano y Tajadura en el otoño de 1994 y teniéndolos a los tres de compañeros de Gobierno en julio de 1995; propiciando el pacto de UPN con el PP y diciendo después que UPN era la sucursal del PP en Navarra; y … tantas y tantas más. Sí, partiendo de esas claves es cuando comprendo que ahora me pueda decir que represento «al sector más derechista del PP en UPN» y que ello no fuera óbice para que, aunque ahora lo niegue, en abril de 1995 me invitara formalmente a que le acompañara en su nuevo partido.

En estos momentos, cuando según Oroz, parece que le ha llegado el momento de hacer «clik» y  desaparecer y cuando, según el mobiliario que le escoja su sucesor, se puede convertir en un alacrán en formol, sería bueno que alguien se animara a hacer un estudio sobre las declaraciones de este personaje en los últimos 25 años. Si hay algún voluntario, yo le ofrezco mi hemeroteca, en la que guardo muchas «perlas cultivadas».

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