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Navarra y el agua

Luis Valero Erro, Parlamentario Foral de UPN

¿Cuántas veces hemos hablado de los problemas de nuestros agricultores por la sequía, como pasa este año? ¿Cuántos ciudadanos han visto restringidas sus necesidades de agua? ¿Cuántas zonas de Navarra no han podido desarrollarse por no tener garantizado el suministro de agua? Podríamos seguir haciéndonos preguntas, pero éstas son suficientes para poder ir analizando lo sucedido en los últimos años en nuestra Comunidad, a fin de reconocer a quienes han ayudado a solucionar el problema y poner en la picota a quienes aún hoy propugnan la paralización del binomio Itoiz-Canal de Navarra.

Por un lado, los sucesivos gobiernos de Navarra, los partidos políticos que han apoyado al Gobierno, los sindicatos más representativos y las principales organizaciones agrarias entre otros; por otro lado, el mundo nacionalista que no ha querido sumarse a esta gran obra y que a día de hoy sigue oponiéndose a este proyecto sin reconocer su error histórico.

El agua es fundamental en la vida y movilidad de las personas. Dos hechos que vienen a avalar esta obra son la sequía que sufren nuestros campos y la falta de agua de boca para la zona media de Navarra y la Comarca de Pamplona. Con respecto a la sequía, el Canal de Navarra va a suponer que 53.125 Has puedan coger agua del Canal y que los agricultores, de esta forma, no tengan que mirar al cielo a esperar a que llueva.

En cuanto a la falta histórica de agua en la zona media, y recientemente en la Comarca de Pamplona, se pone de manifiesto la necesidad y la urgencia de esta obra para poder afrontar los nuevos retos y necesidades de la Navarra del siglo XXI.

El Canal de Navarra llevará agua al 70% de la población, aportando riqueza y modernidad, así como oportunidades, a muchas zonas de Navarra que veían cómo hasta ahora era imposible su desarrollo industrial, con el consiguiente empobrecimiento de sus pueblos y ciudades.

Además, debemos añadir que supone un gran beneficio medioambiental ya que la producción de energía eléctrica no contaminante de origen hidráulico supone el 6,5% del consumo total de energía eléctrica en Navarra. Esta producción ahorrará la combustión de 33.000 toneladas de petróleo al año, evitando la emisión de 155.000 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera. Además, los regadíos son sumideros y gracias a los cultivos se absorberá una gran cantidad de CO2. A todo esto hay que sumar que Navarra es la única comunidad española que ha cumplido la directiva europea de aguas residuales.

En definitiva, gracias a muchos y a pesar de los de siempre, podemos decir que Navarra cumple y nuestro futuro como Comunidad tiene los pilares bien asentados para el desarrollo equilibrado de sus pueblos y ciudades posibilitando la instalación de industrias y de nuestros agricultores. Todo ello con un respeto absoluto al medio ambiente.

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