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A pesar de la tregua ETA ha mantenido la actividad terrorista

Desde la declaración del alto el fuego en marzo de 2006 ETA ha mantenido de hecho la actividad terrorista con atentados, ‘kale borroka’ y extorsión.

EUROPA PRESS
La ruptura formal del alto el fuego permanente por parte de ETA pone fin a un periodo de 14 meses y medio en los que la banda armada, en realidad, no ha cesado en ninguna de sus acciones terroristas. ETA ha activado la ‘kale borroka’ según le ha interesado, no ha dejado de mandar cartas de extorsión, perpetró un espectacular robo de 350 pistolas en el sur de Francia y el 30 de diciembre pasado mató a dos personas en un atentado en el aeropuerto de Barajas. La declaración de alto el fuego del 22 de marzo de 2006, estuvo precedida por la ‘Declaración de Anoeta’, en la que 15 meses antes Batasuna hizo públicas las bases del denominado ‘proceso de paz’.

Tras el anuncio de ETA, el Gobierno dijo que verificaría la desaparición de la violencia antes de iniciar el diálogo y así se conocieron hasta tres informes que supuestamente certificaban el cese de actividades de la banda. Sin embargo, el día en que se cumplía un mes del anuncio, unos desconocidos incendiaron la ferretería de un concejal de UPN en Barañáin. El incendio, que arrasó el comercio, a punto estuvo de causar daños personales en los vecinos de lo pisos.

Por aquel entonces, el presidente del Gobierno ya manejaba el primer informe de verificación del cese de la violencia. El 12 de junio siguiente. Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró en Niza (Francia) que el tercer informe de verificación sobre el alto el fuego de ETA ratificaba «las conclusiones del primero y del segundo», viniendo a decir que contaba «con unas bases sólidas».

Cartas de extorsión
Por otra parte, fueron apareciendo cartas que ETA enviaba cada mesa empresarios vascos y navarros exigiendo su «aportación al proceso». Las últimas cartas se conocieron a finales de la pasada semana.

La primera gran operación contra el entramado etarra en tiempo de tregua se produjo el 20 de junio de 2006 con la detención de 12 personas en España y Francia, supuestos integrantes de una red de cobro de la extorsión. Entonces saltó la noticia de que el presunto jefe de la trama, Joseba Elosua, había sido advertido días antes de que si cruzaba la frontera con dinero iba a ser detenido. Aún hoy se desconoce la autoría del chivatazo, aunque distintas fuentes apuntan a que fue realizado por un policía. Ni el director general del Cuerpo ni el comisario general de Información en ese momento,  Víctor García Hidalgo y Telesforo Rubio, respectivamente, siguen en el cargo.

En el pasado mes de octubre también se registró uno de los hechos más alarmantes que hacía dudar de la voluntad de ETA de abandonar la violencia, como fue el robo de 350 pistolas en una empresa de armamento de Vauvert (Francia), en una acción preparada y ejecutada cuidadosamente por los terroristas, que llegaron a secuestrar durante horas a la familia propietaria.

El primer golpe policial a la capacidad operativa de la banda se produjo el 23 de diciembre de 2006, cuando la Ertzaintza hallóen Amorebieta (Vizcaya) un zulo con explosivos. Poco después encontró cerca de allí una bomba preparada para hacer explotar. Aún se investiga, si ese ‘comando Vizcaya’ –del que se detuvo días después en Francia a dos de sus miembros-iba a perpetrar el atentado de la T-4 y fue sustituido tras su desarticulación o estaba encargado de realizar otro atentado, quizá simultáneo al de Barajas.

Además, a medida que avanzaban los meses de alto el fuego se registraba un aumento progresivo de los actos de ‘kale borroka’. El 5 de marzo falleció un anciano de Arrasate, que había inhalado humo del ataque que había sufrido un banco situado en los bajos de su domicilio.

Pero el gran golpe policial a ETA en periodo de tregua llegó de la mano de la Guardia Civil, que desarticuló el ‘comando Donosti’ coincidiendo con el inicio de la Semana Santa. Se produjeron once detenciones. En su poder había armas y una lista conmás de 400 objetivos.

Las verdaderas intenciones de ETA ya se habían puesto de manifiesto el 26 de enero cuando la Policía detuvo en Portbou, camino de Levante, a Iker Aguirre. La última advertencia de ETA llegó hace unos días, con la distribución de un vídeo en el que mostraba a encapuchados entrenándose para atentados.

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