Miguel Sanz se ha marcado varios retos para la próxima legislatura. De entre ellos, el principal es hacer de Navarra «una comunidad avanzada en lo tecnológico, progresista en lo social y competitiva en lo económico». Su apuesta para lograr el objetivo son los ciudadanos ya que considera que «la mejor herramienta es la inversión en capital humano, en las personas», y por ello aboga por «invertir en la I+D+i, en el aprendizaje de idiomas, en cursos post-grado en el extranjero o en investigadores».
Unos propósitos que de hecho forman parte de lo más destacado del programa electoral de UPN que de todas las ofertas que su partido hace a los navarros se queda con «la construcción de un gran centro médico de alta tecnología y el impulso a los colegios British».
Igual de claro tiene cuáles son los problemas que en estos momentos tiene planteados la Comunidad Foral y que si no se superan pueden condicionar su futuro ya que por encima de todos sitúa el Tren de Alta velocidad (TAV) y junto a la ausencia de esta infraestructura «la indiferencia» del Gobierno de España para con Navarra en este asunto.
«La única medida para darle una solución es agotar la vía de la negociación para acelerar la ejecución del corredor navarro a través del Convenio Económico», aunque advierte que si ello no sucede «de manera inmediata» su apuesta será la de «comenzar por nuestra cuenta aunque ello genere un conflicto de competencias».