Los servicios sociales de base, cuya titularidad corresponde a las entidades locales, constituyen la unidad básica del sistema público de servicios sociales y son la puerta de acceso a éste, así como el nivel más próximo a las personas destinatarias y a los ámbitos familiar y social.
Las actuaciones de los servicios sociales de base se articulan, al menos, a través de cuatro programas: acogida y orientación social, promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia, incorporación social, así como el programa de atención a la infancia y familia en atención primaria.
La implantación de los cuatro programas será progresiva y, en las zonas en que alguno de ellos no fuera viable, se garantizará su oferta desde el nivel de área, a través de los centros de servicios sociales.