Con estas palabras, dijo el diputado regionalista, el dirigente del PSOE «transformó el día de la rosa en el día del puño», al igual que cuando indicó que UPN representa «a gente casposa».
Estos «ataques barriobajeros» demuestran para Del Burgo «la escasa categoría personal del número dos del PSOE», a quien indicó que Sanz «no es monaguillo de nadie sino el candidato más seguro para conducir a Navarra por la senda de la libertad y del progreso» y quien ha hecho de esta comunidad «una de las regiones más dinámicas de Europa».
Por eso, el diputado regionalista expresó su sorpresa ante los aplausos de los militantes del PSN «a quien acababa de humillarles hasta el extremo de imponerles un candidato a la presidencia del Gobierno foral dispuesto a someterse a los dictados de Rodríguez Zapatero en su actual política de claudicación frente a ETA».
«No hubo en Mendavia ni una sola idea positiva, ni una propuesta de futuro, ni un compromiso claro y nítido con la ciudadanía», añadió, y consideró que cuando un partido tiene «un proyecto ilusionante para Navarra los insultos y descalificaciones personales están fuera de lugar», más cuando su secretario general defendió al llegar al poder «hacer del buen talante la norma de conducta».
Del Burgo criticó también que el candidato del PSN, Fernando Puras, no «descubriera sus cartas para que los electores conozcan sus verdaderas intenciones» y al respecto aseguró que el PSN «sabe» que sólo podrá desbancar a Miguel Sanz de la presidencia del Gobierno «traicionando a su electorado».
En este sentido concluyó que la única posibilidad que tienen los socialistas «es pactar con quienes no sólo persiguen la integración de Navarra en Euskadi sino con los que además no anhelan otra cosa que romper la unidad de España» y citó como «todo un síntoma» que en Mendavia una asistente al «Día de la rosa» portara una ikurriña en ausencia de banderas de Navarra.