Luis Campoy, consejero de Educación del Gobierno de Navarra
Estos días le ha tocado el turno a la educación, de la mano del presidente del PSN, Román Felones, que ejerció tiempo atrás responsabilidades en este ámbito.
Comenzando por la etapa de los 80, no puedo estar de acuerdo con ese paisaje idílico que presenta. Estamos hablando de una década en la que Navarra no tenía asumidas las competencias educativas y su situación era la misma que el resto de Comunidades del territorio MEC, sin comparación posible con Europa.
Cualquiera que haya visto los centros que recibió Navarra en el momento de las transferencias y los actuales, como es mi caso y el de otros muchos profesores y padres, observará que en nada se parecen a los actuales: las nuevas tecnologías han sido implantadas, situándose al alcance diario de los alumnos y profesores facilitando una constante innovación educativa y las instalaciones son infinitamente mejores.
En lo que se refiere a los idiomas extranjeros, Navarra constituye un referente para el aprendizaje de y en lenguas extranjeras, dentro y fuera de la Comunidad.
Es de destacar también, que los sucesivos gobiernos de UPN han tenido como objetivo prioritario la ayuda a aquellos alumnos que por sus circunstancias socioculturales o personales lo necesitan, sean inmigrantes o no.
La realidad es tozuda y diferente a la que el presidente del PSN nos quiere presentar. El viernes pasado este mismo periódico recogía las certificaciones de calidad ISO obtenidas por varios centros de Navarra en 2004 y 2005; ahí están funcionando de forma completamente satisfactoria los Programas de acompañamiento escolar, los de refuerzo, los de inmersión lingüística para extranjeros y los programas de atención hospitalaria y domiciliaria, por citar algunos. Todo ello porque entendemos que la educación, además de ser un derecho, es un instrumento de justicia social que debe permitir que cada alumno se desarrolle en todas sus posibilidades. Es un objetivo irrenunciable, como demuestra el esfuerzo presupuestario que vienen realizando los sucesivos gobiernos desde 1991, que ha crecido «15 años después» el 120,77%.
Por ello, entendemos que en Navarra la educación no es un problema, sino la solución. Igualmente lo entienden muchos estudios realizados fuera de la Comunidad foral, que aportan una visión diferente a la del presidente del PSN:
El Instituto de Estudios Fiscales, dependiente del Ministerio de Hacienda, nos dice que Navarra gastó en 2005 en educación 787,66 euros por habitante, muy por encima de la media nacional de 681 euros y, desde luego, muy por encima de todas las Comunidades gobernadas por el Partido Socialista: Cataluña: 551,7 euros; Asturias: 625,26; Aragón: 640,64; Andalucía: 675,43…
Por su parte, el estudio La educación en Andalucía, del colectivo de sociólogos Profesionales por la ética, tras analizar diversos indicadores como escolarización, resultados educativos, abandono educativo, iniciativa social, gasto público, y calidad de recursos, sitúa a Navarra en segundo lugar del Ranking de Excelencia educativa de las 17 Comunidades Autónomas. Ninguna Comunidad gobernada por el Partido Socialista supera a Navarra. La más cercana al notable alto obtenido por Navarra apenas llega al bien. La mayoría ni aprueban.
Produce tristeza observar la actitud del PSN que en lugar de aunar esfuerzos, persigue generar inquietud y dudas especialmente en este momento tan importante para la educación. Tenemos por delante la responsabilidad de desarrollar la LOE: el Departamento de Educación acepta esa responsabilidad. Sabe lo que ha hecho hasta ahora y sabe lo que tiene hacer.
¿Lo tiene tan claro el PSN?, ¿tiene claro que la educación es la solución?. ¿O tiene tantas dudas como con nuestro autogobierno y nuestra existencia como Comunidad foral?