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Comunidad Bilingüe (y IV)

La pregunta es clara: ¿Es Navarra una comunidad bilingüe? Pues realmente, podríamos decir que lo es (y no lo es) legalmente por zonas y lo es (y no lo es), de manera individual, por la decisión personal de aquellos que lo son u optan por serlo, independientemente de la zona.

Pero con todo ni las normas legales ni las convenciones sociales configuran per se el ser lingüístico de la comunidad entera, ni la inmutabilidad de ese status zonificado o personal en el tiempo. En absoluto. Quienes defienden el bilingüismo saben que no hay ninguna razón, digamos mejor ningún dogma, que obligue a la comunidad ni a sus miembros a tener que serlo. Ni, muchos menos, a sentirse minorizados por no serlo.

Que Navarra tenga que ser una comunidad bilingüe donde no lo es o que el uso del vascuence deba universalizarse en nuestra comunidad, es una cuestión discutible. Al menos tan discutible como cualquier otra.

En Navarra, sin ir más lejos, los hay que defienden el que esta comunidad deje de ser foral y española. ¿Y me dirán qué tiene que ver? Tiene que ver porque si nos parece aceptable cuestionar nuestro actual status político también debería ser saludable discutir sobre nuestro status lingüístico. Y quien puede lo más puede lo menos. Si cabe pensar en una Navarra fuera de España y si es defendible la posibilidad de que cambie la naturaleza política de una comunidad, incluso en aquellas señas de identidad colectiva que son consideradas originarias, como lo es en Navarra la sustancia foral de nuestra estructura institucional, también lógicamente podrá cambiar en su estructura lingüística. ¿Porqué no?

Igual que es bueno el que -a la vista de los desafios de los nacionalistas vascos- asumamos lo antes posible que Navarra no es un dogma histórico o político inmutable (euskalherria –que ni siquiera es un ente político real- obviamente tampoco) algunos deberían también entender que el bilingüismo ontológico de nuestra comunidad también está sometido a las leyes de la utilidad, la voluntariedad, la competencia y la libertad.o:p>

Oigo defender políticamente con más vehemencia el carácter bilingüe de nuestra comunidad que su propio andamiaje institucional y su condición foral dentro de España. Pues si todo es discutible, también lo es el modelo lingüístico. Eso si, en condiciones de libertad a ser posible. Yo, desde aquí cuestiono la utilidad del querer hacer bilingüe a las zonas (y a las gentes) de nuestra comunidad que no lo son o nunca lo han sido.

La lengua vasca no es minoritaria porque el Gobierno de Navarra la minusvalore, ni porque se obstaculice su conocimiento, es minoritaria porque hoy la inmensa mayoría no la hablamos –es una evidencia-, y porque para la inmensa mayoría no es más útil su estudio que otras ofertas lingüísticas (francés, inglés, alemán) y tal vez también, porque esa gran mayoría ni comparte la pedagogía del odio a lo español (a lo nuestro) que se cuela en el proceso de euskaldunización, ni la sociología victimista del nacionalismo vasco que alimenta la pretendida e innecesaria inmersión lingüística. Y mientras el vascuence se defienda más como elemento de afirmación y confrontación colectiva que como vehículo de comunicación universal seguirá teniendo un difícil futuro en nuestra comunidad más allá del que quisiera el voluntarismo bien pagado de la comunidad nacionalista.

Lo que es mis hijos (y son 4) no van a aprender en vascuence. He dicho.

st1:PersonName>Carlos Salvador

Diputado por Navarra (UPN)

 

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