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Asomados a la ventana

La realidad es una y bien objetiva; si no, no sería real. Pero es cierto que la percepción es del sujeto; es, pues, por su propia naturaleza, subjetiva. Y falible. Algunos «poderes» políticos, económicos, mediáticos… lo saben y ven más fácil que actuar sobre la realidad hacerlo sobre la percepción. Intentan ponernos «sus gafas» para ver si logran aquello del «nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira». Existen bastantes ejemplos de intentos de manipulación en los tiempos que corren. A veces –muchas-, desde la pura semántica. «Las cosas ya no son lo que son», dicen algunos «encantadores de serpientes».

Sin embargo, una de las ambiciones más propias del ser humano (homo sapiens) es acercarse a la verdad, para intentar alcanzarla. Que el sujeto conozca y comprenda el objeto.

En el mundo en que vivimos es enorme la cantidad de acontecimientos que acaecen diariamente. Y sobre muchos de ellos buscamos, necesitamos –o agradecemos- información. Información fiable.

Todos hemos comprobado cómo un mismo objeto se ve de manera algo diversa según desde dónde se mire: Una escultura ubicada en un parque es la que es, pero si la contemplamos de frente apreciamos una de sus caras. Existen otras. Se puede percibir de distinta manera si la observamos desde el lado opuesto. O desde la ventana de un edificio. O desde otra. Todas, siempre que no estén con cristales «tintados» (o lo advirtamos), pueden ayudarnos a conocer mejor la figura, su color, sus dimensiones; en definitiva, sus características.

Los periódicos son ventanas que nos asoman a la realidad. Y si ésta es rica, apreciarla desde diversas perspectivas puede ser especialmente enriquecedor. Me encanta asomarme a las ventanas de los periódicos para observar la realidad. Siempre me ha gustado. Recuerdo mis tiempos de chaval, en que me levantaba temprano y me lanzaba a ver si ya habían traído la bolsa con el pan y el periódico… Y no por el pan. Leer era mucho más importante que desayunar: era asomarse a la ventana y ver qué ofrecía el nuevo día, en tinta impresa.

Leer el periódico es una afición que se debe cultivar desde que uno aprende a juntar las letras. Conviene estar informado. Leer, además, anima a leer y, sin duda, despierta el interés por lo que nos rodea. Y si lo que nos rodea nos interesa, si no vivimos muy anestesiados… nos debe incitar a participar y a contribuir, como seres sociales que somos.

Hoy los ciudadanos tenemos muchas ventanas para apreciar la realidad desde las perspectivas más diversas. Y para que ninguna de ellas pueda inducirnos a engaño.
Si tras constatar la realidad, no nos animamos a influir, a colaborar para mejorarla… sin duda nos ocurre lo que a aquél que decía: «Si a partir de los cuarenta, te levantas de la cama y no te duele nada… es que estás muerto».

Pues eso. Informarse para participar. Participar para vivir en sociedad y ser solidarios. Para mejorar el paisaje y ayudar al paisanaje.
¿O estamos muertos?

José Iribas S. Boado

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