“El Gobierno de España fue el primero darse cuenta de que había que tomar medidas” para reducir el déficit. Eso acaba de decir el Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Pamplona. 18 de junio de 2010.
Pero ese Gobierno era el que se llenaba la boca afirmando que estamos en la Champions de la economía, mientras en Navarra se presentaba el Plan Navarra 2012. Zapatero se parece a una foca en que ambos aplauden pese a estar con el agua al cuello, me decía un amigo esta semana y tenía razón.
España tenía un equipo para caminar por mitad de la tabla, siempre que supiera que lo suyo no era el tiki taka, sino el trabajo duro, las ayudas para tapar huecos… el apretarse los machos, vamos.
Sin embargo Zapatero tuvo lo que en fútbol se llama un ataque de entrenadoritis. Quiso jugar como el Barca con un equipo que no estaba preparado para eso. Fichó delanteros y extremos, pero la defensa hizo aguas. Metíamos goles, ¡pero nos marcaban muchos más!
Y ahora, cuando nos vemos cerca del colista griego, el Xerez económico de Europa, Zapatero renuncia a sus creencias y opina que es mejor un empate que el cese; pone a cinco atrás y deja sólo a un palomero de la cantera, después de vender a todas las estrellas que había fichado unos meses antes. Y es que cobraban mucho y presionaban poco.
El problema es que la afición ha perdido la fe en un entrenador que no cree en lo que hace y que ha llevado hasta el descenso a un equipo que estaba en mitad de la tabla gracias sus ínfulas y su ideología futbolística. Yo me uno a la pañolada.