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Querida Sra. Manjón

Recogen los medios hace días unas declaraciones de la Sra. Pilar Manjón, que reproduzco tal y como las leí: «Ni una idea política, ni religiosa, ni patria, ni bandera merecen la pérdida de una vida humana».

1.- Antes que nada diré, que la Sra. Manjón, como todas las víctimas del terrorismo, debe tener todo nuestro respeto y todo el apoyo y comprensión que su dolor merece. Desde luego el mío los tiene.

2.- Cosa distinta es que como ciudadanos debamos obligatoriamente compartir sus afirmaciones sobre los motivos que no justificarían (¿en ningún caso?) la pérdida de una vida humana. Creo sinceramente, y lo digo públicamente, que la Sra. Manjón está profundamente equivocada. Y creo además que trasladar a los ciudadanos -¡como si fuera una buena idea!- que el sacrificar la vida por defender ideas políticas o religiosas, patrias y banderas no es motivo de merecimiento, es un gran error.

¿Qué idea le impulsó al «tedax» a arriesgar su vida al desactivar la mochila-bomba que no explotó el 11-M y con cuya información se obtuvo la pieza clave para conocer los autores materiales de la masacre?, ¿quizás una idea política?, ¿tal vez una idea religiosa?. Y qué decir de la labor de toda la policía del mundo. ¿porqué ponen en peligro sus vidas?, ¿y los soldados?, ¿y los bomberos?. Y, cuando pierden la vida por hacer su trabajo, ¿no son merecidos los homenajes ante su sacrificio personal?. ¿Y no son un ejemplo para la sociedad?. ¿Y, así, porqué pensar que no merece la pena perder la vida por defender una patria (por defender su ordenamiento jurídico o los valores que la sustentan –la libertad, la justicia, la igualdad, la democracia, etc…-) si en el fondo la patria no es sino todo nosotros? ¿O por defender una bandera, que no es sino la señal visible de un cuerpo social concreto, de un afán mutuo reconocible?, ¿no puede ser considerada, por ejemplo, la defensa de la libertad una bandera?

3.- Intentando ser comprensivo con la Sra. Manjón tal vez lo que en el fondo y con palabras desacertadas quiso decirnos es que el odio engendra violencia y que no hay razón que justifique tener que matar. Pero entonces también alguien le podría preguntar si merecería o no la pena morir por defender esa misma idea. Y si merece la pena perder la vida por defender una sociedad donde triunfe la no violencia, ¿no cree que sería aceptable morir por aquella idea política o religión que la proclamasen?

Yo actualmente estoy metido en política Sra. Manjón, y me esfuerzo, como otros muchos, en defender algunas ideas políticas que vd. seguramente comparta (justicia, igualdad, democracia, libertad, solidaridad,..) por las que entiendo que haya gente que se la juegue. Porque, no es verdad aunque vd. lo crea, que todas estas ideas y esos principios básicos de convivencia los adquirimos al nacer sin riesgo de perderlos, como si de un herraje imborrable se tratase. Ni mucho menos.

Claro que merece la pena dar la vida por ideas políticas, y por ideas religiosas y por patrias (como la nuestra desde luego) y también por su bandera, por lo que ella representa, que en definitiva, somos todos.

Póngamos otros deberes, exíjanos otros comportamientos, sugiera nuevas tareas, pero no pretenda ni espere que en ese camino renunciemos al compromiso por conseguir y defender para todos lo mejor. Le hablo de esa sociedad donde impera la ley y el estado de derecho, la justicia, el pluralismo político, la igualdad y la solidaridad. Esa sociedad perfectible en valores de la que gozamos y que muchos otros siquiera nunca imaginarán, pero que aquí en España, vd. bien lo sabe, algunos no desean que disfrutemos por más tiempo.

Carlos Salvador (Diputado por UPN)

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