Me refería la semana pasada a la entrevista Zapatero-Ibarretxe, consecutiva a las previas reuniones de éste con PCTV y Batasuna.>
Ya advertí que la «cadena de reuniones» no era casual, sino causal: que tenía causa; causa y como es lógico- consecuencias. En política nada ocurre por azar.
Decía que era indigno, e indignante, que el Presidente del Gobierno de España recibiera en la Moncloa, con todos los honores, a un candidato nacionalista (en funciones de lendakari) que acababa de tener la desfachatez una vez más- de ciscarse en la legalidad vigente y legitimar y abrazar, encantado y encantador, a los Batasunos.
Algunos se quejaban de que ZP no hubiera aprovechado la ocasión para amonestar a Ibarretxe por semejante agravio y bofetada pública y solemne- a las víctimas del terrorismo y a los demócratas en general. ¡Pero cómo le iba a censurar… si él pensaba hacer otro tanto!
Si no queríamos taza, taza y media: tras su recepción a Ibarretxe, ZP manda al candidato del PSE-PSOE, Pachi López, que reciba a los PCTV.
Y los arnaldos han salido felices tras el encuentro (de una hora): «Es un paso importante». Y nos subrayan: los mensajes del Partido Socialista en los últimos meses son «importantes y suponen un cambio positivo», mientras instan a que acabe con las exclusiones «que en parte se han acabado»… para concluir afirmando que «conceden el mismo tratamiento como candidatos» a López que a Ibarretxe.
Y todo esto lo maquina el mismo ZP que suscribió el Pacto antiterrorista, el que aprobó la Ley de Partidos…
Aunque luego pasó a ser el que legitimó (en contra de dicho Pacto) los acuerdos municipales entre el PSN-PSOE y los abertzales de EA, PNV y Aralar (¿se acuerdan de que dijo que iba a incoarles no sé qué expediente?). O el que se cargó políticamente a Nicolás Redondo. O el que ha intentado diferenciar entre víctimas del terrorismo para poder hablar «manos libres». O el que ha pretendido desacreditar foros como el de Ermua. El que ha obviado una Ley la de Partidos- que había jurado «cumplir y hacer cumplir»… No ha tenido ni el coraje si ya no le conviene- de proponer cambiarla.
Los españoles (¿le suena, Zapatero?) no merecemos un gobierno que nos mienta. Pero éste nos calla, tapa y oculta todo lo que puede; y lo que no puede nos lo deforma o falsea…
Y dicen: a los españoles no les interesa conocer más que que se ha llegado a la paz…
Es verdad que queremos paz y libertad. Pero no a cualquier precio o contraprestación; no al de ceder al chantaje de los violentos o a sus pretensiones: ¿y la memoria de las víctimas?, ¿y el respeto a la legalidad, el Estado de Derecho?, ¿y Navarra?, ¿y España?
Con Zapatero en el Gobierno, el fin justifica los medios… y, ello, los miedos.